Es habitual que, a la hora de hacer la compra y cocinar nuestros platos, tengamos en cuenta solamente a la patata blanca. Nos hemos acostumbrado a este tipo de patata como la alternativa principal, pero eso no quiere decir que la patata roja sea menos nutritiva, de peor calidad o menos sabrosa. Simplemente son distintas, como ya señalamos en nuestro artículo La patata roja y la patata blanca: diferencias y usos.
La clave para saber qué patata elegir está en el tipo de plato que vayamos a preparar. Al igual que no hacemos uso de la misma clase de queso para todos nuestros platos, del mismo tipo de vinagre para nuestras ensaladas e, incluso, del mismo tipo de azúcar o harina para todos nuestros postres, tampoco tenemos por qué usar el mismo tipo de patata para todas nuestras recetas.
Como ya os dijimos en nuestro artículo, la diferencia entre los diferentes tipos de patatas no se encuentra solamente en la piel, si no que cada una de ellas tiene unas propiedades y características distintas.
En este artículo te hablamos de las de la patata roja, para que sepas cuándo elegirla y conseguir sacarle el mayor partido y sabor a tus platos.
¿Por qué elegir la patata roja?
1.- No se deshace al cocinarla
Esta es una de las características principales que la hace diferenciarse de las otras variedades de patata. Cuando la hervimos o la cocinamos al vapor, la patata no se deshace. Esto nos permite que podamos trocearla sin problema una vez cocinada, quedando entera y no desmigajada.
2.- Tiene una gran capacidad para absorber los sabores
Además de quedar entera cuando la cocinamos, tiene la capacidad para absorber muy bien los sabores de los otros alimentos con los que es cocinada. Es por ello que la hacen la patata ideal para guisos y potajes, ya que quedan más sabrosos.
3.- No se ennegrece
Esto la hace ser perfecta para preparar la tortilla de patata, es muy usada en hostelería.
4.- Es fácil de pelar
El tipo de piel que tiene y su forma ovalada hacen que pelarla no resulte una tarea complicada. Además, no tienen muchos surcos, por lo que carece de rincones difíciles que a veces nos puede costar pelar.
5.- Está disponible durante todo el año
La patata es un alimento fundamental en nuestra dieta, además de ser práctica en nuestra cocina por su versatilidad. La patata roja podremos encontrarla a lo largo de todo el año, para seguir preparando los platos que más nos gustan.
Recetas que podemos preparar con ellas
La patata roja también ofrece muchas posibilidades para ser cocinadas. Aquí te dejamos algunas recetas para que pruebes a realizarlas, si todavía no las has degustado. Como siempre, la imaginación es una gran aliada en la cocina, ¡experimenta!
Patatas rojas al horno
Esta es una receta muy sencilla, pero deliciosa. Para poder prepararla necesitaremos:
- 8 patatas rojas, mejor de tamaño grande.
- Media cucharada pequeña de pimentón ahumado.
- 3 cucharadas de aceite de oliva.
- Media cucharada de ajo en polvo.
- 2 cucharadas pequeñas de cebollino fresco picado.
- Una pizca de sal y pimienta.
Preparación
En primer lugar, pondremos a calentar el horno a 220 ºC. Mientras el horno se calienta, cortaremos las patatas en dados, sin quitarles la piel, y las colocaremos en un recipiente. Posteriormente, en otro recipiente mezclaremos el aceite de oliva, el pimentón, el ajo en polvo y el cebollino.
Una vez realizada la mezcla, la echaremos sobre las patatas cortadas y las moveremos de forma suave, de manera que queden bien cubiertas. Entonces las prepararemos para meterlas al horno, colocándolas en la bandeja o en una fuente adecuada. Las dejaremos hornear durante, aproximadamente, unos 30/35 minutos. No debemos olvidar darles la vuelta a mitad del horneado, para que queden bien hechas por ambas partes.
Cuando veamos que ya están listas, las sacaremos y les añadiremos la sal y la pimienta. Se recomienda servir en el momento, para consumirlas calientes y con todo su sabor.
Patata roja salteada con limón y cebollinos
¡Con esta receta se nos hace la boca agua! Anota todo lo que necesitas para prepararla:
- 700 gramos de patatas rojas, mejor de tamaño pequeño.
- 2 tazas de agua.
- 3 dientes de ajo.
- 3 cucharadas de mantequilla o aceite de oliva, a nuestra elección.
- 3 ramas de tomillo fresco, a poder ser. Si no haremos uso de tomillo preparado.
- Una cucharada pequeña de sal.
- Una cucharada pequeña de zumo de limón.
- Un cuarto de cucharada pequeña de pimienta negra.
- 2 cucharadas de cebollino fresco picado.
Preparación
Para preparar esta receta, en primer lugar, lavaremos y cortaremos las patatas por la mitad, sin retirarles la piel. Las colocaremos en una sartén grande y añadiremos el agua, los ajos (pelados y enteros), el tomillo, la sal y la mantequilla o el aceite. Lo pondremos a fuego alto hasta conseguir que hierva, después lo bajaremos y taparemos la sartén. Lo dejamos hervir durante unos 15 minutos.
Una vez que haya hervido el tiempo suficiente, retiraremos los ajos y los conservaremos aparte. El tomillo también lo quitaremos, pero no lo conservaremos. Volveremos a subir el fuego para hacer que el agua se evapore, que conllevará otros 15 minutos aproximadamente. Las patatas empezarán a dorarse, mantendremos y removeremos durante unos 5 minutos.
Por otra parte, machacaremos los ajos que hemos retirado, de forma que quede una pasta. Lo mezclaremos con la pimienta y el zumo de limón. Cuando retiremos las patatas del fuego, las mezclaremos con esta mezcla y añadiremos el cebollino, mezclándolo también. ¡Que aproveche!
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