Todos conocemos la gran variedad de recetas que nos ofrecen las patatas. Con ellas podemos preparar recetas frías o ligeras. Podemos encontrar platos que requieren más elaboración y otros que podemos tener listos en muy poco tiempo y de manera sencilla. Uno de los platos que más destaca es, sin duda, el de las patatas bravas.
Este plato estrella lo podemos encontrar en la mayoría de restaurantes y seguro que, más de una vez, también lo hemos preparado en casa. Gusta a todos los paladares y es un acompañamiento perfecto para el picoteo. Ya os hemos hablado de la historia de la patata, hoy conoceremos la de las patatas bravas.
Historia de las patatas bravas
Como suele ocurrir en muchas ocasiones, el origen de las patatas bravas no se sabe con certeza. Algunas de las historias se lo atribuyen a Casa Pellico, otras lo hacen a La Casona. Se trata de dos bares de Madrid que actualmente no existen y que, en su época, tuvieron mucha fama en la capital, siendo uno de sus principales platos el de las patatas bravas. Aunque no sepamos con certeza en cuál de los dos se originó, sí que sabemos la fecha: el año 1960.
Primeras referencias
Durante la época fueron tan importantes, que fueron varios los periodistas que hicieron eco de ellas. Como es el caso de Luis Carandell, que publicó, en el año 1967, un artículo que aparecía en “Vivir en Madrid” que decía: “Las patatas bravas, que en algunos sitios se llaman patatas a lo pobre, son patatas fritas con salsa picante, como uno se imagina que los pobres comerían patatas, es decir, untando pan en la salsa”.
Más tarde, en el año 1983, Ángel Muro indicaba: “Cualquier cosa, cualquier aliño, conocidos o por conocer, convienen a las patatas. Incluso con sebo y con azafrán, que es como las gastan los pobres de Madrid”.
Otro dato muy curioso es que, en el año 2008, se llevó a cabo un estudio a nivel mundial sobre las patatas. Fue realizado por la ONU, que determinó que este plato era típico español, ya que su nacimiento había sido dentro de nuestras fronteras.
Una receta para cada gusto
Las patatas bravas se pueden preparar de varias maneras y con diferentes tipos de corte. Podemos prepararlas fritas, al horno o cocidas en aceite. Su corte puede ser fino, grueso o en dados. Como siempre, para cada gusto hay una forma distinta de prepararlo, y las posibilidades que nos ofrecen las patatas son muchas.
También hay diferentes partidarios respecto a la salsa. Mientras que algunos afirman que el tomate no puede faltar en ella, otros lo rechazan plenamente, indicando que el color de la misma es por el pimentón y no por el uso del tomate. En cualquiera de los casos, las patatas bravas siguen siendo un delicioso manjar.
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