Como habremos podido ver en más de una ocasión, las malas hierbas crecen rápidamente y sin control de forma fácil. Es frecuente encontrar que han “invadido” toda la zona de cultivo y que pueden estar dañándolo.
Este tipo de plantas crece con tanta facilidad porque son muy resistentes y pueden soportar y crecer en las peores condiciones. El problema que conlleva su aparición y numerosidad es que le roban los nutrientes a las plantas que estamos cultivando. De esta manera, tendrían que competir entre ellas para conseguir sobrevivir.
¿Cómo podemos hacerles frente?
Puede que nos sintamos agobiados ante esta situación y pensemos que no hay más remedio que hacer uso de herbicidas que pueden resultar tóxicos. Pero lo cierto es que existen varias maneras de afrontarlas.
Robarles tierra
Uno de los primeros pasos a seguir sería reducir los terrenos donde crecen. ¿Cómo? Plantando césped de secano, hierbas de pradera, árboles, arbustos o plantas rastreras. De esta manera estaríamos reduciendo su hábitat natural y minimizando el tiempo de mantenimiento que deberemos dedicarle al terreno.
Mallas antihierba
Otro paso a dar, sería instalar mallas antihierbas. Estas mallas bloquean la luz que llega al terreno, al estar tejidas con un material muy tupido. Con esto conseguiremos que, aunque la semilla de la mala hierba haya conseguido germinar, no pueda atravesar la malla y no pueda desarrollarse.
La extenderemos sobre el terreno y realizaremos agujeros en ella en aquellos lugares en los que vayamos a sembrar nuestras plantas.
Una de sus ventajas es que sí que deja filtrar el agua de la lluvia, por lo que no se generarían charcos. Pero tiene una desventaja, y es que no es ecológica. Por lo tanto, es fundamental que hagamos un uso responsable de ella. Para evitar que el sol la dañe, colocaremos sobre ella materiales como arena, grava o gravilla decorativa.
Herbicidas naturales
Si queremos hacer uso de herbicidas es importante que hagamos uso de herbicidas naturales. La razón es que, la mayoría de los herbicidas que podemos encontrar en el mercado, llevan glifosato. Se considera que este producto químico puede ser cancerígeno en humanos, además de tener efectos nocivos sobre la flora y la fauna del entorno. Por estas razones, es necesario que recurramos a los herbicidas naturales.
Desbrozado
Otra forma muy útil de controlar las malas hierbas es recurrir al desbrozado. Si nuestro terreno es pequeño podemos hacerlo manualmente, con la azada. Si las dimensiones son grandes, también podemos recurrir a las desbrozadoras mecánicas.
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