Seguramente habrás oído hablar mucho de los plaguicidas, pero puede que no sepas con claridad qué son o qué efectos pueden tener. Por esta razón, dedicamos el post de hoy a hablar sobre ellos y así ayudar a resolver algunas dudas.
¿Qué son?
Cuando se habla de plaguicidas, se hace referencia a aquellas sustancias o productos químicos que se utilizan para controlar o erradicar todo tipo de plagas. Podemos encontrarlos tanto en estado líquido, sólido, como en gaseoso. Según para qué sean utilizados, se pueden catalogar de diferentes maneras: herbicidas, acaricidas, rodenticidas, insecticidas, fungicidas, bactericidas y fitorreguladores, entre otras.
¿Cómo se dispersan en el medio ambiente?
El medio ambiente puede verse contaminado por ellos de diferentes maneras:
- Por derrames accidentales.
- Por una inadecuada limpieza de la maquinaria de aplicación y tanques contenedores.
- Por aplicación directa en los cultivos.
- Por un uso inadecuado de los productos y sus envases.
- Por residuos que se descargan o vierten en el suelo.
Todos estos aspectos, junto con las características del medio en el que se produzcan, las características químicas de los productos, etc… harán que el entorno pueda verse afectado de diferentes maneras.
Efectos de los plaguicidas sobre los seres vivos
El principal daño lo encontramos en el agua, que se ve contaminada por estos productos. En este aspecto es fundamental hablar de dos términos: la bioconcentración y la bioampliación.
Bioconcentración
Se denomina así al movimiento que tiene un producto químico desde el medio que le rodea hasta el interior de un organismo. Uno de los lugares en los que se suelen acumular los plaguicidas, son los tejidos grasos (los lípidos). Esto puede darse en animales que consumimos, como los peces, o en nuestro propio tejido. Otros se metabolizan en los organismos vivos, los cuales los eliminan mediante los excrementos.
Bioampliación
Este término hace referencia al aumento de la concentración de un químico cuando se transforma la energía alimentaria dentro de la cadena trófica. De esta manera, podemos encontrar unas concentraciones muy altas en aquellos depredadores que se encuentran en los estratos más altos de la cadena trófica.
Efectos negativos en nuestra salud
Como este tipo de productos se pueden encontrar en diversos estados, podemos entrar en contacto con ellos de formas distintas. Es decir, podemos estar expuestos a ellos a través de la vía respiratoria, la digestiva o la dérmica.
Los efectos que puedan tener sobre nuestra salud también dependerán del grado de exposición al que nos enfrentemos. Estos efectos podrán ser agudos o crónicos. En el primer caso, se trataría de los casos en los que se ha tenido una alta exposición durante un corto período de tiempo, de forma que los efectos son sistémicos o localizados. En el segundo caso, el crónico, la exposición se ha producido de forma más prolongada en el tiempo, pero a una dosis menor.
Cuando se superan los niveles de exposición que se consideran seguros, ya sea de forma directa o indirecta, es cuando aparecen los efectos negativos sobre nuestra salud. Los efectos pueden ser distintos según el tipo de exposición y la naturaleza del producto. En casos de una intoxicación muy aguda pueden llegar a provocar la muerte. Cuando se trata de intoxicaciones que son crónicas, cabe la posibilidad de que aparezcan diferentes tipos de cáncer, deformidades congénitas, problemas reproductivos, deficiencias en el sistema inmunitario o trastornos del sistema neurológico, entre otros.
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